En la actualidad, la palabra crisis está presente a diario en los medios de comunicación y en nuestras conversaciones cotidianas. Precisamente por ello, nuestro primer objetivo será rescatar el concepto de crisis desde su percepción positiva, es decir, ensalzar el valor de la crisis como oportunidad, oportunidad para la mejora, para la reflexión, como estímulo a la creatividad, para generar posibilidad de cambio, crecimiento y, de esta forma, retomarlo desde la educación y así aprovechar todas las posibilidades que nos ofrece.

La influencia que ejerce la educación en la gestión positiva de conflictos para facilitar la evolución pacífica de la sociedad hace necesaria la educación para la convivencia. Esta educación representa la columna vertebral de la transformación de la sociedad, tanto en las escuelas e institutos, que representan ese espacio de aprendizaje y experimentación hacia una vida responsable en la etapa adulta, como en otros espacios de educación menos formal.

Desde nuestra identidad pacífica, entendemos la crisis y el conflicto como las mejores oportunidades que se ofrecen a la educación, reglada y no reglada, para enseñar a crecer en la diversidad y favorecer la comunicación, utilizando la palabra y el diálogo para alcanzar los acuerdos necesarios y diseñar la sociedad futura.

Vivimos en la era de la innovación y las novedades: las tecnologías de la comunicación, los nuevos modelos de familia, la velocidad de transformación, de los movimientos sociales… por eso la educación en general, ha de adaptarse con agilidad a todos estos cambios que golpean de lleno en nuestro entorno, y por simpatía, en las formas de convivencia de las personas. 

En definitiva, si queremos que la sociedad supere la crisis actual que a su vez camufla y tapa una crisis de mayor profundidad en principios, creencias y valores, debemos dotarnos de herramientas para la comunicación positiva, gestión constructiva de conflictos, actitud mediadora y consciencia emocional para lograr una cultura del respeto y convivencia para la paz. 

Así pues, la mediación nos ha presentado un conjunto de elementos teórico-metodológicos y herramientas prácticas que facilitan una comprensión del conflicto como fenómeno natural en la sociedad, los elementos metodológicos, nos facilitan algunas recomendaciones de actuación, así como diversas dinámicas sencillas y de fácil uso para iniciarnos en la gestión de conflictos. Y por último, un conjunto de recursos prácticos que trabajan la gestión de conflictos en diferentes ámbitos de intervención.

Todos estamos de acuerdo en que los conflictos generan emociones, que en muchas ocasiones pueden ser un grave obstáculo para facilitar su resolución positiva, y a su vez, las emociones pueden generar conflictos. Existe, por lo tanto, una relación permanente entre emoción y conflicto. Las emociones influyen en qué pensamos y en qué hacemos, por lo tanto aprender a responsabilizarse de la respuesta y a ajustarla de forma inteligente a cada situación es el contenido principal del APRENDIZAJE DE LA ACTITUD MEDIADORA, así como de la competencia social a través de la cual adquirimos conocimientos, destrezas y valores sociales y ciudadanos, de forma que seamos capaces de obtener información y analizarla, de identificar problemas, de establecer relaciones entre las causas y las consecuencias, de escuchar, comunicar y proponer soluciones y de trazar planes personales de actuación coherentes y responsables consigo, con el entorno próximo y con el conjunto de la sociedad. ¡Casi nada!

Aprender a convivir no es fácil, la mediación y el aprendizaje de la actitud mediadora no pretende hacernos pensar otra cosa.

Lo que sí pretende es promover la cultura del acuerdo y la responsabilidad social personal, animarnos a participar en la construcción de un entorno solidario, respetuoso, inclusivo y pacífico… En definitiva, nos toca «mojarnos» en la construcción de una ciudadanía responsable. Y para ello nos invita a compartir sus contenidos, poniéndonos en contacto y facilitando la generación de sinergias e intercambio de conocimientos. 

Desde la asociación El Porc Espí, en la ciudad de Vila-real, trabajamos desde hace muchos años para acercar a los más jóvenes a esta realidad, y un ejemplo de esta sinergia es el proyecto europeo MEDES, dentro del programa ERASMUS+. Gracias a este proyecto, iniciado en 2016 y liderado por el ayuntamiento de Vila-real, tuvimos la oportunidad, junto al IES Miralcamp, de llevar nuestras experiencias en mediación escolar más allá de nuestras fronteras, concretamente a la ciudad italiana de Sacile. El resultado físico del proyecto fue la elaboración de una guía para facilitar la implementación de la mediación escolar en cualquier centro que quiera aproximarse a la gestión pacífica y dialogada del conflicto, acompañada de una serie de herramientas para facilitar el trabajo a los docentes. 


Actualmente, en una segunda etapa del proyecto AdTransMEDES, estamos trabajando para continuar con este contagio positivo en dos nuevas ciudades, La Réole (Francia) y Novigrad (Croacia). Sin duda necesitamos ir todos de la mano si queremos ver esas transformaciones que nuestra sociedad necesita.

Autor: Xavier Tirado

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