En la actualidad las metodologías del aprendizaje nos permiten no solo aprender contenidos o ideas nuevas sino también posibilitan cambios de conducta, reflexiones y usos estratégicos considerando las emociones como eje central para un mejor bienestar que perdure en el tiempo y que sea de mayor calidad.

Aprender desde la esperanza, la seguridad, la colaboración, la empatía, y desde el esfuerzo y perseverancia pueden generar un clima esencial para enfrentar y comprender mejor los desafíos emocionales en un mundo cambiante, global, intergeneracional, complejo y tecnológico.

Todo esto enmarcado en el modelo de las 5C de Lerner del desarrollo positivo de la juventud.